Durante el verano de 2010 pudimos disfrutar de cuatro turnos de talleres para diferentes edades.

En julio vinieron a disfrutar con nosotros Irene, Javier, Paula, Gabriela, Sofía, Adela y hasta tres Lucías.

Realizamos una serie de talleres en diferentes espacios. Nos movimos entre el Jardín del Museo y la plaza de San Martín.

En las salas del Museo también pudimos contemplar las exposiciones Esteban Vicente. Dibujos 1920-2000 y Huellas de la ciudad.  

Esta última exposición recogía obras de artistas que trabajan con la idea de la ciudad. Nosotros hicimos también una exploración de nuestro entorno, en concreto, la cercana Plaza de San Martín.

Hicimos muchos descubrimientos, nos fijamos en cosas nuevas y todas las ideas las recogimos en dibujos, esculturas y huellas.



Durante los cuatro días pudimos también recorrer los espacios de la plaza para apreciarlos de otra forma.

Extendimos hilos por el suelo y seguimos las líneas por toda la plaza, cambiando cada vez la forma de recorrer. íbamos a la pata coja, saltando, de la mano, en zig-zag, etc.




Hicimos también alguna intervención en el espacio para cambiar nuestra forma de mirarlo. 

Por ejemplo agitamos en el aire grandes plásticos transparentes que hacían sonido al moverse. También recorrimos la plaza con un balón que nos perseguía... 
 



El plano de la ciudad de Segovia nos sirvió para aprender a situarnos, saber dónde se encuentra el Museo y la plaza de San Martín.

También nos inventamos cómo podría ser una plaza. Para ello utilizamos unos tacos de madera de colores y los fuimos moviendo, probando distintas colocaciones hasta que salieron plazas a pequeña escala. 






A partir de una vista de pájaro sobre Segovia vimos que la ciudad tiene muchos patios, escondites, calles, sombras que un peatón no puede ver.

Cada uno de nosotros se fijó en una cosa distinta de las vistas aéreas. Poniendo papel vegetal por encima empezamos a dibujar, con rotuladores o lápices, calcando sólo las partes de la vista aérea que más nos gustaban. Algunos de los resultados fueron casi abstractos.





Aparte de dibujar desde varios puntos la plaza de San Martín, también atrapamos sus texturas.

La plaza está llena de diferentes superficies que sólo se descubren al pasar la manos por encima.

Con papeles muy finos y ceras duras pudimos recoger muchas de estas texturas que estaban desperdigadas en alcantarillas, piedras, puertas y esculturas.



Después de haber dibujado la plaza de San Martín y su plano, pasamos a dibujarla de nuevo pero esta vez para hacer una maqueta en tres dimensiones. 

Para ello reciclamos piezas de cartón sobre las que hicimos los dibujos con rotuladores fijándonos cada uno en un edificio diferente de la plaza.

Después les dimos color con ceras acuarelables. Y por último levantamos las piezas para formar una pequeña plaza a escala. Era como tener una maqueta de la Plaza de San Martín.



La última mañana expusimos todos los trabajos para que nuestros amigos y familiares contemplaran lo que hicimos.

Después metimos las obras de todo lo que observamos y aprendimos sobre la Plaza de San Martín dentro de cajas de cartón... conseguimos meter nuestra plaza en una caja.